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sábado, 2 de agosto de 2025

17 AÑOS FORTALECIENDO LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL INDÍGENA EN TIERRAS BAJAS

El 2 de agosto de 2008, mediante el Decreto Supremo Nº 29664, nació la Universidad Guaraní y de los Pueblos Indígenas de Tierras Bajas “Apiaguaiki Tüpa”. Esta Universidad fue creada como parte del proceso de descolonización de la educación superior en Bolivia, con la misión de formar profesionales desde la visión y realidad de los pueblos indígenas.

Desde entonces, la UNIBOL Guaraní viene apostando por una educación con enfoque humanista, comunitaria y productivo, que busca unir los saberes ancestrales con los conocimientos científicos, para contribuir al desarrollo integral de los pueblos indígenas de Tierras Bajas y del Estado Plurinacional.

En estos 17 años, la universidad ha formado jóvenes con formación técnica, científica, y comunitaria, bajo un enfoque intracultural, intercultural y plurilingüe, con el fin de que puedan aportar a sus comunidades desde sus propios territorios. 

Según datos de la UNIBOL Guaraní, hasta la fecha se han graduado 506 profesionales en las carreras de Ingeniería Forestal, Ecopiscicultura, Petróleo y Gas, y Medicina Veterinaria y Zootecnia.

Si bien se han logrado importantes avances, todavía hay retos por superar. El vicerrector, Lic. Yimmi Campos, señaló que uno de los principales problemas sigue siendo el tema económico. “Además, ha bajado la cantidad de estudiantes, sobre todo del pueblo guaraní. No solo por razones internas, sino porque ahora existen más opciones de estudio en otras zonas más cercanas. Eso hace que muchos jóvenes no lleguen hasta nuestra universidad”, explicó.

Actualmente, la carrera con más demanda es Medicina Veterinaria y Zootecnia. En cambio, Ingeniería en Petróleo y Gas ha perdido fuerza debido a la caída del sector petrolero y la crisis económica. “Estamos analizando si las carreras que ofrecemos siguen siendo útiles y pertinentes. Si ya no responden a las necesidades actuales, habrá que cerrarlas y abrir otras más acordes con lo que necesitan los jóvenes y sus comunidades”, añadió Campos.

Otro tema pendiente es el seguimiento a los egresados. El vicerrector reconoció que ese vínculo no se ha trabajado de manera sistemática: “Algunos egresados se acercaron con ideas o emprendimientos, pero no se les dio respuesta. Queremos recuperar ese contacto, porque ellos también son parte fundamental de esta universidad”.

Uno de esos egresados es Saúl Anca Alcoba, Ingeniero en Petróleo y Gas, de la promoción 2014. Es guaraní del Distrito Indígena Guaraní 16 de Marzo, y contó su experiencia: “Después de salir de la UNIBOL, trabajé un tiempo en YPFB, pero como la empresa estatal contrata a través de subsidiarias, no pude quedarme mucho. Y ahora que ya no hay mucho movimiento en el tema petrolero, la demanda también bajó. Luego trabajé cinco años en el Gobierno Municipal de San Julián. Hoy tengo mi propio emprendimiento y estoy cerca de mi familia”.

Saúl también contó que, junto a su compañero Pedro Pereira y el subalcalde de su distrito, vienen trabajando una iniciativa para producir BIOL (fertilizante orgánico) a partir de desechos de cerdo. “Recolectamos los desechos, que son la materia prima, y comenzamos a hacer pruebas. Pero por falta de recursos económicos, el proyecto se detuvo. Ahora queremos retomarlo. Ya tenemos un prototipo, pero lo difícil es implementar, porque necesitamos apoyo financiero. Lamentablemente, no hemos recibido respaldo de las instituciones estatales para este tipo de emprendimientos productivos”, explicó Saúl.

En el marco del aniversario de la universidad, envió un mensaje especial a las y los estudiantes: “No tengan miedo. Cuando uno se gradúa, empieza la práctica, ahí es donde se ve la realidad. La carrera no es solo para buscar trabajo en una empresa o depender del Estado. En la UNIBOL nos enseñan que también podemos emprender desde nuestras comunidades. Ese es el verdadero sentido de lo que aprendimos.”

Formarse profesionalmente no solo abre puertas para trabajar, también ayuda a que los pueblos indígenas se fortalezcan desde dentro. Tener más técnicos, maestros, médicos o ingenieras indígenas significa autonomía, participación y más orgullo por lo que somos. Apostar por una educación intercultural, conectada con el territorio y la vida comunitaria, es fundamental para que las propias comunidades lideren sus procesos, con sus saberes y en su propia voz. Como decía Mateo Chumira: “La lucha ya no va a ser más con el arco y la flecha, sino con el lápiz, el papel y con nuestra sabiduría”.



Fotografía: Archivo Universidad Guaraní y de los Pueblos
Indígenas de Tierras Bajas “Apiaguaiki Tüpa”

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