El 3 de octubre de 1982,
en la ciudad de Santa Cruz, se fundó la Central Indígena del Oriente Boliviano
(CIDOB), integrada en ese entonces por los pueblos chiquitano, ayoreo, guarayo
y guaraní. La organización fue impulsada por Bonifacio Barrientos Iyambae,
conocido como “Sombra Grande”, capitán grande del Isoso.
Bonifacio Barrientos
Iyambae, conocido como “Sombra Grande”, nació en 1894 y fue excombatiente de la
Guerra del Chaco. Desde 1936 hasta 1985 ejerció como capitán grande del Isoso.
La realidad que enfrentaba el pueblo guaraní lo llevó a luchar incansablemente
por sus derechos. Fruto de esa perseverancia, en 1946 logró el primer título de
territorio para el territorio isoseño.
En 1982, impulsó la
creación de una organización indígena que integró a los pueblos indígenas originarios
de Santa Cruz. Con el tiempo, esta se consolidaría como la Confederación
Nacional de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), que hoy agrupa a 34 pueblos
indígenas de tierras bajas.
El 3 de octubre de 1985,
fecha en que se conmemoraban tres años de la fundación de la CIDOB, Bonifacio
Barrientos Iyambae falleció, dejando un legado que aún guía a las
organizaciones indígenas: “Mantener la unidad de la organización y la
independencia frente a los partidos políticos”.
A 43 años de vida de la
Confederación Nacional de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), esta importante
organización aún no ha logrado recuperar la unidad de sus bases. La octava
marcha por la defensa del TIPNIS marcó un punto de quiebre, generando una
división interna en la CIDOB y en sus diferentes regionales, fractura que
persiste hasta hoy.
En las últimas dos
décadas el avance no ha sido de manera significativa en las principales
demandas de los pueblos indígenas de tierras bajas. En este nuevo escenario
político y social que vive Bolivia, reencaminar esas demandas y trabajar por la
unificación de los pueblos continúa siendo el gran desafío de la CIDOB en su 43
aniversario.
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| Fotografía: Archivo Red Bolivisión |

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