Del 20 al 23 de julio, Formasol
realizó talleres de reflexión y análisis sobre la economía familiar de la mujer
chiquitana, en las comunidades de San Bartolo de la Fortuna, San Lucas, Santa
Anita de la Frontera, Mercedes de las Minas, Espíritu de la Frontera, San Juan
Bautista y Cañas Altas. De las 7 comunidades 4 caciques se comprometieron a realizar
gestiones, para que las demandas de las mujeres sean incorporadas en el POA
2015 del Municipio de San Ignacio de Velasco.
Desde siempre las mujeres han
contribuido en la economía familiar, a través de la agricultura sin descuidar
la familia, muchas veces en igualdad de condiciones con el hombre, pero su
aporte ha sido considerado solo como “ayuda”.
Las mujeres de las comunidades
manifestaron, que ellas siempre han
apoyado a sus esposos en la agricultura, pero de un tiempo a esta parte la
producción agrícola se esta viendo afectada por los efectos del cambio
climático. En tal sentido, ellas ven como una necesidad urgente de
capacitarse en otros oficios como ser corte y confección, tejidos, pintado en
tela, panadería, repostería y contabilidad básica para una buena administración
de los emprendimientos que puedan realizar.
Consideran ellas, que aprender un oficio técnico les permitirá
mejorar sus ingresos económicos y por ende mejorará la calidad de vida de su
familia. Asimismo, una señora de Santa Anita de la Frontera comento que, es difícil salir a vender sus productos a
San Ignacio, porque esta lejos y son pocas las señoras que salen de la
comunidad.
Los Chiquitanos practican la agricultura de roza y quema, en
espacios cercanos a la comunidad, sus cultivos principalmente son maíz, arroz,
yuca, joco, camote, plátanos, sandía, papaya, piña y cítricos. Los productos
que se comercializan son el arroz, yuca, algodón, artesanía. Así como también,
la crianza de aves de corral, la fabricación de tejidos en base a algodón, la
ganadería a menor escala. Hay algunas familias que se dedican a la caza, pesca,
recolección de frutos y productos vegetales silvestres, generando buenos
ingresos para la economía familiar.
En épocas bajas de la producción en
las comunidades, es difícil sostener la economía familiar, por lo que los tanto hombres como mujeres se ven obligados a
migrar temporalmente, para adquirir
bienes de consumo necesarios. Muchos de ellos, venden su fuerza de
trabajo como empleadas domésticas, cocineras, jornaleros en las haciendas,
aserraderos y los centros urbanos más cercanos.
Al interior de las familias los hombres
son los encargados de la atención de los cultivos, manejo del ganado mayor, la
pesca y la caza. Las mujeres participan en la siembra y en la cosecha, preparan
las comidas, tejen y además, se ocupan
de la crianza de los animales domésticos. Solo en ausencia de los hombres, las
mujeres se ocupan de los trabajos de la agricultura, ya que el trabajo no puede
ser interrumpido.
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