En 1992, durante la
conmemoración del centenario de la Masacre de Kuruyuki la Asamblea del Pueblo
Guaraní (APG) inició un proceso de alfabetización que marcó un antes y un
después para la nación guaraní. Este esfuerzo permitió reorganizar al pueblo en
las diferentes zonas de los departamentos de Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca,
fortaleciendo su voz y presencia colectiva.
Hasta entonces, muchas
familias guaraníes vivían dispersas en distintos lugares, en la mayoría de los
casos olvidadas por el Estado. Con la alfabetización, esta realidad empezó a
cambiar: diversas comunidades retomaron y fortalecieron su organización
tradicional, vigente pero invisibilizada ante la sociedad boliviana. Ese fue el
caso de las familias asentadas en las áreas periurbanas de Santa Cruz, donde la
estructura organizativa guaraní logró mantenerse hasta hoy.
En este contexto, el 29
de noviembre de 1992, luego de varias asambleas previas, nació la Capitanía Guaraní Zona Cruz en la
comunidad Barrio Nuevo, provincia Andrés Ibáñez. Esta organización representa
actualmente a las familias guaraní asentadas en seis provincias del
departamento: Andrés Ibáñez, Warnes, Obispo Santisteban, Sara, Ichilo,
Fernández Alonso y Ñuflo de Chávez.
Las primeras autoridades fueron Juan García, como primer Mburuvicha
Guasu de la comunidad Pueblo Nuevo, y Alejandro Chavarría, como segundo
Mburuvicha Guasu, de la comunidad Barrio Nuevo. Desde su creación, la capitanía
se propuso como misión fortalecer la participación democrática del pueblo
guaraní en las estructuras del Estado, defender sus derechos colectivos y
revalorizar su cultura en una ciudad que crece aceleradamente.
Hoy, a 33 años de su
fundación, persisten diversas problemáticas al interior de las comunidades
guaraníes, agravadas por la falta de atención del gobierno de turno. A esto se
suma la división interna que atraviesa la capitanía, situación que debilita a
la propia organización y retrasa los procesos colectivos.
Sin embargo, uno de los
mayores desafíos de la nación guaraní sigue vigente: reunificar a las
comunidades y trabajar por el bien común. Ese espíritu es el que ha sostenido a
la Capitanía Zona Cruz desde su origen, y el que continúa guiando su camino.



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