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viernes, 25 de julio de 2025

III CURSO INTENSIVO PARA EL FORTALECIMIENTO COMUNITARIO DE LAS AUTONOMÍAS

Del 23 al 26 de julio, en el Pueblo Ancestral de Uru Chipaya, se desarrolla el Tercer Curso Intensivo, para el fortalecimiento comunitario de su autonomía. Esta iniciativa busca consolidar procesos de planificación territorial y planes de gestión territorial con enfásis en lo comunitario.

El curso es resultado del trabajo conjunto entre Formación Solidaria (FORMASOL), el Servicio Estatal de Autonomías (SEA) y la Escuela de Gestión Pública Plurinacional (EGPP), con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Participan del proceso autoridades y comunarios de los ayllus Aransaya, Manasaya, Ayparavi y Wistrullani, quienes comparten experiencias desde sus propias vivencias, en un espacio de diálogo, análisis y construcción colectiva de saberes del Pueblo Uru Chipaya.

Durante el curso, facilitadores especializados aportan al fortalecimiento del conocimiento desde lo local, abordando temáticas clave como la historia de las luchas sociales, el Estado Plurinacional y los derechos de las autonomías, el deterioro ambiental y la defensa de la Madre Tierra, así como la gestión territorial comunitaria en los Gobiernos Autónomos Indígena Originario Campesinos (GAIOC).

Uno de los aspectos centrales de este curso es la reconstrucción de las historias de vida de las y los participantes desde una mirada intergeneracional, reconociendo el papel fundamental de las mujeres del linaje (madres, abuelas, tías y otras guardianas del saber), como pilares de la identidad territorial, comunitaria y política.

Asimismo, se profundizó en la planificación comunitaria, abordando aspectos como la ejecución, evaluación y sistematización, con el propósito de enriquecer las acciones desde la propia experiencia colectiva.

Como proyección a futuro, se plantea la realización del Cuarto Curso Intensivo Nacional, con la participación de tres autonomías del Chaco: Charagua Iyambae y Kereimba Iyaambae en el departamento de Santa Cruz, Huancayo en el departamento de Chuquisaca, pertenecientes a la nación guaraní, y del Pueblo Ancestral Uru Chipaya de tierras altas. Asimismo, se prevé la implementación de archivos comunitarios que resguarden los saberes ancestrales y garanticen su permanencia en el tiempo, constituyéndose en base fundamental para los procesos de planificación territorial comunitaria.










miércoles, 23 de julio de 2025

EN MEMORIA DEL PADRE TARCISIO DINO CIABATTI EL EVANGELIO A TRAVÉS DE ALAMBRES

Hoy, 23 de julio, se conmemoran seis meses del fallecimiento del padre Tarcisio Dino Ciabatti, quién partió a la presencia del Señor a los 89 años de edad. Nacido en Italia en 1936, sus restos descansan temporalmente en la Parroquia de la entidad territorial “Kereimba Iyaambae”, donde dedicó gran parte de su vida al servicio del pueblo guaraní.

El Padre Tarcisio llegó desde Italia en 1976, procedente de la ciudad Dama, Provincia de Arezzo. Con la humildad propia de los franciscanos, se comprometió desde el inicio con los sectores más excluidos, insertándose profundamente en la realidad del pueblo guaraní, en Gutiérrez, provincia Cordillera del departamento de Santa Cruz. Aunque no contaba con formación en comunicación o periodismo, llevaba en el corazón un amor inmenso por los descartados, aquellos que viven en la periferia de la Iglesia (como lo definiría años más tarde el papa Francisco), y combinó todo eso con una gran creatividad.

En una región alejada de los centros urbanos, donde la mayoría de la población guaraní era analfabeta y carecía de acceso a la educación formal, el padre Tarcisio vio una oportunidad en la escuela radiofónica “El Maestro en Casa”, difundida por el Instituto Radiofónico Fe y Alegría. Con espíritu visionario, asumió el desafío de conectar a las comunidades rurales mediante kilómetros de alambre. Desde su oficina parroquial instaló un receptor de radio, del cual empalmó los primeros metros de cable hasta llegar a la casa más cercana. Allí, en otro pequeño radio-receptor, de frecuencia fija, conectaba alambre tras alambre hasta conseguir que en los hogares guaraníes se emitiera las clases para adultos.

Conectado al corazón del pueblo guaraní, también identificó la necesidad urgente de fortalecer la salud comunitaria. Fundó entonces la Escuela de Salud del Chaco TEKOVE KATU, con el objetivo de formar a jóvenes indígenas en áreas como enfermería, salud ambiental, nutrición y trabajo social, perfilando así a una nueva generación de ipayes modernos. En la publicación Tekove Katu, Elio y Elías, afirman que, “la escuela y Tarcisio son la simbiosis construida en su misma existencia”. Incluso se preguntan qué pasará cuando uno de los dos falte, una interrogante que hoy permanece viva en quienes conocieron al padre Tarcisio y fueron testigos de su entrega total.

Es así como José Ros, una de las personas más cercanas a él, lo recuerda con profunda tristeza a seis meses de su partida: “no está con nosotros, en su Centro del Tekove Katu, ni retransmite desde su escritorio, las clases del Maestro en Casa. Pero es seguro que, allá donde esté recibirá otras ondas radiales que le inundarán sus oídos con una música celestial”.

Desde la dirección de Formasol, la Lic. M. Aida Mojica Miranda, manifiesta: “Recordamos al Padre como aquel hombre, amable, servil, protector siempre dispuesto a hacer de cada situación un momento especial: ya fuera al compartir un café, una pasta o el tradicional vinito después del almuerzo, etc. Cuando era necesario trasladar al equipo a las comunidades, siempre estaba atento con sus recomendaciones pensando en el bienestar del equipo técnico, y si el servicio de transporte fallaba, ponía a disposición la movilidad del Tekove. El acompañamiento a las comunidades guaraníes más alejadas, era siempre una prioridad para él”.

Recordar a Tarcisio es revivir su legado transformador. Fue un hombre que cambió vidas, especialmente la del pueblo guaraní. En la misma publicación, Elio y Elías lo describen como “un sujeto polifacético e imposible de definir con palabras: pero lo que más resalta en él es su paciencia singular, su capacidad de tolerancia, su sencillez y su jovialidad, su destreza para construir amistades, habilidad para adaptarse al tiempo y las circunstancias, su poder de convencimiento. Estas características semejantes al guaraní hicieron que se integre en todo y en cualquier lugar rincón de la sociedad guaraní”. Por estas cualidades aseguran que, “es la médula esencial de la TEKOVE, avanzar al ritmo de la gente y como la gente quiere”.

Christian Darras, representante de la OPS, lo recuerda al padre Tarcisio como, “una persona hospitalaria y con una fina inteligencia, pero más que todo lo recuerda como misionero altamente revolucionario y defensor de los derechos colectivos”.

Desde sus inicios, la escuela se ha sostenido gracias al apoyo de personas solidarias que, al conocer el trabajo del padre Tarcisio, se sumaron como voluntarios. Por eso también, se decía que el padre era un pescador de personas. En la publicación Tekove Katu, Elio y Elías relatan: “Tarcisio es una persona que siempre anda pescando a personas para invitarlas a su escuela y para que den una charlita a los muchachos”. Gracias a este espíritu incansable, la escuela se ha mantenido viva con apoyo de voluntarios y organizaciones aliadas como FORMASOL, que desde el 2009 colabora con talleres de información, educación, comunicación y fortalecimiento organizativo.

La Escuela de Salud del Chaco TEKOVE KATU representa una oportunidad real para jóvenes indígenas de tierras bajas, permitiéndoles formarse en el ámbito de la salud para contribuir al bienestar de sus comunidades, especialmente en contextos donde la cobertura sanitaria es limitada. 

TEKOVE KATU

Un legado del padre Tarcisio Dino Ciabatti-Taturapua



martes, 15 de julio de 2025

MÁS ALLÁ DE LOS DESAFÍOS, LA JUVENTUD INDÍGENA CONQUISTA ESPACIOS

En 2014, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 15 de julio como el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, con el objetivo de reconocer la importancia de dotar a los jóvenes de capacidades que les permitan acceder a un trabajo digno, impulsar sus propios emprendimientos y contribuir activamente al desarrollo de sus comunidades.

Hoy, la población juvenil sigue creciendo a nivel mundial. Sin embargo, más allá del número, la pregunta clave es: ¿En qué condiciones viven los jóvenes y qué oportunidades reales tienen en materia de educación y trabajo? Esta reflexión se vuelve aún más urgente cuando hablamos de los jóvenes de los pueblos indígenas, quienes enfrentan desafíos particulares en un contexto global cambiante.

Factores como la crisis económica, los conflictos sociales y el cambio climático están afectando directamente a la juventud indígena. Muchos jóvenes se ven obligados a migrar a las ciudades en busca de mejores oportunidades, lo que muchas veces implica un alejamiento de sus raíces culturales. A esto se suma el impacto de las nuevas tecnologías, que, si bien ofrecen oportunidades, también representan riesgos: la pérdida del interés por la identidad, la lengua materna y los valores comunitarios.

En este Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, Fernando Camargo, joven artista guaraní de la entidad territorial Kereimba Iyaambae, compartió como el arte se convirtió en su forma de resistencia y reafirmación identitaria. Dibujante y pintor, Camargo encontró en los trazos y colores mucho más que una forma de expresión: halló un camino para mantener viva la memoria de su pueblo. “Mi obra nace del corazón de mi pueblo y se nutre de su historia, sus símbolos y su lucha para no desaparecer”, expresa con convicción.

Con orgullo, Camargo recuerda cómo nació su pasión por el arte: “Mi mamá me enseñó a hacer manualidades con lo que teníamos en casa: plumas, maíz y otros materiales. Así fui creciendo. Hice muchas cosas, pero me quedé con el dibujo y la pintura. Eso es lo que sigo perfeccionando hasta hoy”, relata. Fue en la escuela donde sus profesores reconocieron su talento y lo animaron a seguir desarrollando sus habilidades artísticas.

Pero el camino no ha sido fácil. “Es complicado recibir apoyo. En mi caso, tuve que salir adelante solo, y me costó mucho que reconozcan mi trabajo. Durante un año estuve insistiendo para hacerme conocer. Eso desanima a muchos jóvenes si no son persistentes”, explica. Aun así, Fernando cree que los jóvenes guaraníes tienen un gran potencial si apuestan por sus raíces. “Nos puede ir bien si emprendemos desde nuestra identidad, sin imitar lo que está de moda. Hay oportunidades, pero hay que saber buscarlas. Como jóvenes, también debemos soñar y luchar por lo que queremos”, asegura.

Lamenta que, al inicio, no recibió apoyo institucional ni organizacional. “No fue fácil, pero ahora que la gente me va conociendo, surgen más oportunidades”, dice con esperanza. Por eso, insiste en que la perseverancia es clave y que nunca se debe renunciar a la identidad cultural.

También le preocupa la pérdida de la lengua y las costumbres guaraníes entre la juventud: “Se está perdiendo el idioma. Muchos ya no lo hablan. Incluso en Camiri, donde hay muchos jóvenes guaraníes, les cuesta expresarse en su lengua. Parece que tienen vergüenza o timidez”, reflexiona.

Fernando Camargo es uno de esos jóvenes que, con su arte, pone en alto la memoria viva de su pueblo y demuestra que la cultura guaraní sigue latiendo, aunque enfrente silencios, olvidos y desafíos.

Desde Naciones Unidas se reconoce que la nueva revolución tecnológica está marcada por la inteligencia artificial, la cual está transformando profundamente el mundo del trabajo y la vida cotidiana. En este escenario, es fundamental apostar por una educación integral y técnica, que prepare a los jóvenes para enfrentar los retos del futuro, sin que esto implique renunciar a su identidad.

Por todo lo anterior, es necesario poner en el centro a la juventud indígena, garantizando su acceso equitativo a la tecnología, pero también diseñando estrategias desde las propias comunidades para fortalecer sus habilidades sin perder sus raíces culturales. Apostar por los jóvenes es apostar por el presente y el futuro de los pueblos.

¡Juventudes indígenas con saberes, comunidades con vida!






 

viernes, 11 de julio de 2025

VOCES QUE CUENTAN, DERECHOS QUE TRANSFORMAN

El 11 de julio se conmemora el Día Mundial de la Población, una fecha establecida por las Naciones Unidas en 1990 para abordar los desafíos que plantean el crecimiento demográfico y su impacto en la calidad de vida de las personas. A pesar de que la población mundial sigue creciendo, la realidad muestra que muchas personas enfrentan dificultades para acceder a servicios básicos como salud, educación, vivienda digna y agua segura.

Esta realidad golpea con mayor fuerza a los pueblos indígenas, quienes enfrentan barreras históricas para ejercer plenamente sus derechos y vivir con dignidad. Pero para ellos, el debate sobre población va mucho más allá de las cifras. Se trata de restaurar el equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, en un mundo marcado por la crisis climática y por un modelo económico capitalista que afecta el bien común.

Este día nos invita a mirar más allá de los números. No se trata solo de cuántos somos, sino de cómo vivimos. La población debe entenderse también desde la calidad de vida, el acceso equitativo a los derechos y el respeto a las diversas formas de habitar el mundo. En el caso de los pueblos indígenas, esto implica una mirada profundamente conectada con la tierra, la sabiduría ancestral y el cuidado de la “casa común”. Cuando ese vínculo se rompe, cuando se explotan los recursos sin respeto, el equilibrio se pierde.

Mientras en los foros internacionales se discuten políticas de control poblacional, los pueblos indígenas siguen luchando por su supervivencia. Algunos buscan recuperar sus territorios ancestrales; otros, proteger lo poco que aún conservan. En todos los casos, reivindican su derecho a decidir sobre su salud, su educación, su autonomía y sus formas de vida. Sin embargo, con frecuencia son invisibilizados o reducidos a simples cifras, sin reconocimiento a su historia, su cultura y su papel fundamental en la protección de la biodiversidad.

Para conocer de cerca la realidad que vive el pueblo guaraní en las comunidades de la entidad territorial Kereimba Iyaambae, se entrevistó a la Lic. Silvia Chumira, expresidenta del Consejo Educativo Guaraní. Ella señaló: "Tenemos muchos desafíos para conservar nuestra identidad, porque no contamos con una estrategia para protegerla ni para revitalizarla. Si esto no cambia, corremos el riesgo de desaparecer. Aunque como pueblo hemos priorizado la educación y la salud, hoy no tenemos una pedagogía guaraní, ni una educación que responda a nuestra realidad. Los jóvenes están su identidad, y eso también empieza en casa, donde no les enseñamos la importancia de mantener nuestro modo de vida. Las nuevas tecnologías, además, están acelerando esta pérdida".

Chumira, alertó sobre la pérdida del idioma y el respeto hacia los mayores: "Ya no se practican muchos de nuestros valores, y eso duele. Nosotros, los mayores, aún podemos orientar a nuestras comunidades, pero necesitamos que nuestras organizaciones retomen el liderazgo, como cuando impulsen la educación intercultural bilingüe. Esa propuesta nació desde las comunidades, fue liderada por nuestras autoridades y luego asumida por el Estado. Hoy necesitamos lo mismo: que las estrategias para fortalecer nuestra lengua e identidad salgan desde dentro, desde nuestra, y no impuestas desde afuera.”

Finalmente, reiteró que el desafío más urgente sigue siendo educativo: "Contamos con unidades educativas en nuestras comunidades y con maestros formados, pero no tenemos una pedagogía guaraní. El reto es construir una estrategia desde nuestra visión, con base en nuestras vivencias y saberes".

En este Día Mundial de la Población, es fundamental visibilizar la realidad que viven los pueblos indígenas. Aunque no representan una mayoría en cifras, su papel en la protección de la vida, la biodiversidad y las culturas es clave para el presente y futuro del planeta. Sin embargo, siguen siendo los más olvidados por las políticas públicas y los más expuestos a situaciones de pobreza, desplazamiento, pérdida territorial y vulneración de derechos. 

Más allá de los números, lo que verdaderamente importa es cómo vivimos, cómo protegemos la vida y cómo garantizamos los derechos de todos y todas. Es urgente trabajar juntos para abordar las necesidades y desafíos de los pueblos indígenas. En este día, renovamos nuestro compromiso con la justicia y la equidad para todas las personas.