Javier Reyes Aramayo*
(jawichu@gmail.com)
Desde la perspectiva de las macro-etno-regiones, la tarea investigativa sobre el proceso
educativo-popular boliviano todavía enfrenta grandes vacíos. Uno de ellos es el aporte de tantas y tan
valiosas iniciativas, gestadas en las Tierras Bajas, tanto de la Nor-Amazonía y del
Chaco, como, en el presente caso, del Oriente.
Sin detenernos a detallar los innumerables
factores que incidieron en tal déficit, aquí prácticamente nos centraremos en
el Departamento de Santa Cruz y su gran riqueza educativa y pluri-étnica.
Previamente, conviene recordar algunas experiencias
innovadoras (principalmente
del Área Alternativa) en dicho espacio geográfico (varias de ellas ya citadas
anteriormente en la presente Serie) como: el Arakwarenda (Charagua), Colonia
Piraí, Granja Hogar (San Ignacio de Velasco), APCOB, el Teko Guaraní, IRFA,
Proceso, Mamenko, “Hombres nuevos”, CITHA (Nuevo Palmar), CEITHA (Cabezas), etc.,
sabiendo que hay muchas otras poco conocidas, precisamente por falta, tanto de
investigación, como de su respectiva difusión.
En tal sentido, a fin de contribuir también a
dicho estudio, esta vez nos referimos a FORMASOL
(Asociación Formación Solidaria), recientemente homenajeada [1] por la Cámara de Senadores, mediante una declaración que
reconoce “…su contribución a la revalorización
Cultural, la formación de comunicadores, el fortalecimiento a la
intra-culturalidad de los Pueblos Indígenas del Oriente boliviano”.
Transcribimos, a
continuación, algunas etapas de su recorrido,
en base a sus fuentes institucionales:
“Fue fundada en el Departamento de Santa Cruz,
en 1996, como una Asociación sin
fines de lucro para trabajar en el área de Comunicación, apoyando el
fortalecimiento organizativo y educativo del movimiento indígena del Oriente
boliviano.”
“Inició su trabajo con un programa de Radiodifusión
y posteriormente promovió la capacitación de las comunidades y líderes
indígenas y la publicación de Cuadernos Educativos.”
“En su primera etapa (fue) de producción
y difusión radial, bajo la dirección
del comunicador José Ross [2] (formador incansable y comprometido con el
pueblo), creó el programa: “Un país con voces diferentes”, para difundir
actividades y estrategias de la
Coordinadora de Pueblos Étnicos de Santa Cruz “
“Posteriormente, la difusión del programa
radial se extendió a Radio Auxiliadora
de Montero, Radio Juan XXIII de San Ignacio, Radio las Misiones de San Miguel,
Radio Nativa de San José y San Miguel en Riberalta.”
“En su segunda etapa, amplió su
accionar a la capacitación de comunicadores
de los pueblos Chiquitanos, Guarayos, Guaraníes y Ayoreos.”
“Y en su tercera etapa, produjo el cuaderno Panacú que ofrece información de la realidad social que afecta a
los pueblos indígenas, además editó impresiones sobre la Declaración de los
Derechos Humanos, traducidos a los idiomas indígenas Chiquitano, Guarayo,
Guaraní y Ayoreo.”
Finalmente, no es vano insistir en que,
así como ahora vemos oportunidad de valorar la meritoria experiencia citada, queda
el gran reto de proseguir indagando acerca
de otras acciones educativas del Oriente (todavía poco visibilizadas), sobre
todo de aquellas vinculadas a la dignificación de los Pueblos Indígenas que secularmente
fueron (y, en parte, continúan) discriminados y sometidos por poderosas minorías
locales.
* Pedagogo quien dedicó su vida al trabajo en el campo de la
educación alternativa rural y originaria en Bolivia.
[2] Es
Interesante comprobar que, al igual que esta experiencia, algunas otras
iniciativas de Educación Popular (PCA, Cetha, Cas, Feria, Caem, Decos, Procosi,
etc.) también tuvieron algo de su
inspiración inicial en la vivencia del Grupo Pastoral de Tiwanaku, de la
primera mitad de los años ’70.
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