La educación ha sido, desde el inicio, uno de los pilares fundamentales en la lucha de la nación guaraní. A comienzos de los años 80, se elaboró un diagnóstico con el apoyo de instituciones que trabajan en el territorio, donde se identificaron las principales problemáticas que enfrentan las comunidades: producción, infraestructura, salud, educación y tierra/territorio, conocidas por sus siglas como PISET.
Desde su reorganización, la nación guaraní reafirmó su apuesta por una educación propia, basada en su identidad y cosmovisión. De esta visión nació el compromiso con la Educación Intercultural Bilingüe (EIB). Para impulsar esta propuesta y promover políticas educativas desde el territorio, se creó el Consejo Educativo Guaraní Mboarakua Guasu, respaldado por el Estatuto Orgánico de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) y por la Ley de Reforma Educativa. Su labor fue reconocida oficialmente en 1998 mediante la Resolución No. 218365, y en 2002 obtuvo su personería jurídica.
Desde entonces, una de sus tareas centrales ha sido promover políticas educativas con enfoque intercultural, entre ellas, la elaboración del currículo regionalizado para el pueblo guaraní.
La educación ha sido uno de los pilares fundamentales de la lucha de la Nación Guaraní. Para conocer los avances, logros y desafíos actuales, conversamos con Celso Padilla, ex presidente del Consejo Educativo Guaraní Mboarakua Guasu, quién manifestó así:
“La educación en la Nación Guaraní es uno de los cuatro pilares fundamentales en la plataforma de lucha con la que nació la APG en 1987”, recuerda Padilla. “Desde entonces, hemos avanzado bastante: formamos recursos humanos en nuestro propio territorio, se fortaleció el Consejo Educativo y los diferentes consejos educativos, para trabajar los currículos regionalizados de los pueblos indígenas. También, se crearon tres universidades indígenas, el Instituto Plurinacional de Estudios de Lengua y Cultura, el Instituto de Lengua y Cultura Guaraní. Además, contribuimos a la construcción de la Ley 070 y, en su momento, conseguimos apoyo económico para impulsar la educación guaraní”.
Sobre la situación actual, Padilla fue claro: “No todo ha sido positivo. También hay retrocesos. El currículo regionalizado del pueblo guaraní, por ejemplo, fue fruto del trabajo de docentes y autoridades, pero hasta hoy no ha sido implementado de manera efectiva”.
“Actualmente el Consejo Mboarakua Guasu ha perdido credibilidad. Los mburuvichareta hacen lo que pueden, pero ya no hay una fuerza orgánica como antes. Uno de los grandes desafíos es volver a unificar la organización para seguir apostando por una educación desde nuestra identidad”, concluyó.
El
Consejo Educativo Guaraní Mboarakua Guasu ha sido y sigue siendo un pilar de la
Educación Intercultural Bilingüe en la Nación Guaraní. La recuperación de su protagonismo
y el fortalecimiento organizativo es clave para seguir promoviendo la cultura,
la lengua y los derechos educativos de los pueblos indígenas.